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Estos son los datos reales realizados, los track los podéis ver en openrunner, clicando en la columna LLEGADA/ TRACK

FECHA SALIDA LLEGADA/ TRACKDISTANCIADESNIVELCOEFICIENTE
25 SEPÚBEDABAEZA – CORDOBA161,21.1186,9
26 SEPCÓRDOBAMÉRIDA224,72.50611,2
27 SEPMÉRIDACÁCERES-TRUJILLO122,11.31910,8
28 SEPCÁCERES-TRUJILLOTOLEDO2112.14910,2
29 SEPTOLEDOCUENCA185,71.3927,5
30 SEPCUENCAALCALÁ DE HENARES1491.87012,6
01 OCTALCALÁ DE HENARESSEGOVIA118,21.98116,8
2 OCTSEGOVIAÁVILA66,486413,1
2 OCTÁVILASALAMANCA967497,8
3 OCTSALAMANCAASTORGA193,71.1195,8
4 OCTASTORGASARRIA151,12.11914
5 OCTSARRIASANTIAGO DE COMPOSTELA118,12.01417,1
TOTALES1.797,222.74112,7

Poca confianza tenía yo sobre la realización de este reto que me marqué cuando ni podía mantenerme en pie, allá en el hospital de la Inmaculada de Granada hace unos 3 años; ni tan siquiera en el mes de enero del presente, cuando no podía hacer en bicicleta 50 km. sin tener que pararme 2-3 veces y deambular y a las puertas de si me operaban o no de la espalda nuevamente.

Las circunstancias cambian y sin explicación alguna, fui disminuyendo medicación y el estado físico empezó a mejorar poco a poco hasta tal punto de que estuve a punto de probar el 25 de febrero a hacer el brm. 200 de Linares, hubiera sido un error, pero si me atreví con el brm. 200 de Granada (Las Gabias), que aunque sufrí lo indecible y las condiciones climatológicas no fueron las mas adecuadas, lo superé y lo mejor de todo fue que la cabeza era la que mandaba y no el físico, además la recuperación fue muy buena y rápida. Esta prueba me sirvió para seguir en el empeño y ya pensar en que había posibilidades, remotas pero las había, y empecé a prepararme a conciencia, en pleno verano, con las limitaciones que eso conlleva en Andalucía, pero con la cabeza centrada en el objetivo: llegar a Santiago de Compostela siguiendo un camino inédito (creo), que supera los 1800 km. y es pasar por todas la Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España en la Península excepto Tarragona, por razones de lejanía en los posibles trazados.

Llegó el día 25 de septiembre como fecha más probable de inicio ya que tanto las temperaturas de la época como las previsiones eran bastante favorables, y así lo hice, empezar lo que yo llamé el reto personal.

Salí desde Úbeda como Ciudad Patrimonio de la Humanidad más al sur y después a Baeza, que como las conozco por vivir muy cerca y estar una de otra también muy próximas, fue rápida la visita para dirigirme a Córdoba; el mismo día mi quité de en medio 3 CPH., pensaba llegar a Córdoba temprano y así fue, a pesar de un imprevisto que me hizo perder mas de media hora en comprar unas zapatillas de deporte ya que había perdido las que había echado.

El hospedaje fue inmejorable, en el albergue de peregrinos de las monjas clarisas, en pleno centro histórico de Córdoba, una habitación individual que muchos hoteles de 3 estrellas quisieran tener, el precio, la voluntad y la amabilidad…….para que contar.

Por la tarde, después de la ducha me dediqué a visitar un poco el centro histórico mas cercano de Córdoba, para tener ese recuerdo y testimonio de mi paso por la CPH.

Durante el recorrido decidí con quien me lo solicitó, familia y algún grupo de whatsaap (compañeros de promoción, salidas ciclistas y club) compartir en tiempo real mi posición, con lo que el que estaba interesado en saber mi situación durante la ruta lo podía ver.

Primer día conseguido, las 7 de la mañana llegaron pronto y enseguida en la carretera. Salir de Córdoba alrededor de las 8 de la mañana es complicado, mucho tráfico y gente yendo al colegio, trabajo o lo que sea. En el primer semáforo se me despegó la suela de la zapatilla y tuve que hacer un arreglo rápido e improvisado, la profesión me ha enseñado bien el arte de improvisar para salir del paso, me encuentro con una subida de unos 10 km. al 4-6% de desnivel y la afronto sin prisa pero sin pausa; llego a Cerro Muriano y ya la cosa cambia, puedo coger ritmo y voy echando km. atrás. En Espiel me equivoco y tengo que rectificar el recorrido, aunque visto lo visto creo que por la carretera nacional será mas lejano, pero no tan rompe-piernas como directo por Espiel-Peñarroya. Durante este trayecto viene la segunda rotura, el desviador de plato se me rompe y tengo que hacer el tramo con el plato pequeño hasta Mérida, es lo que hay, y como dice un refrán “cabra coja no quiere siesta”; paro a comer en un bar de un pueblecito que encuentro por el camino (Los Blázquez), compro pegamento para la suela de la zapatilla (no surte efecto); el calor empieza a apretar y el viento hace su aparición, como no, en contra, cogía agua donde pillaba, en casas particulares, talleres mecánicos, abrevaderos de la cañada real, etc. el caso es sobrevivir y llegar a Mérida.

Faltan unos 20 km. para llegar a Mérida cuando me encuentro con el embalse de Alange, que es precioso, pero para salvar el pueblo cuesta un……., en fin que llego a Mérida y ya mi amigo Eduardo había salido a mi encuentro, me lleva a su casa y lo de siempre, ducha, fotos y alguna cervecita que otra en su compañía y la de su pareja, hacia que no nos veíamos desde el año 1.983, como si nos hubiéramos visto hace un mes, cosas de las amistades y muchas cosas vividas juntos; con amigos así, al fin del mundo.

Bueno, esto pinta bien, cansado y torturado por el sol y viento, pero fresco como una lechuga de cabeza y por la mañana recuperado perfectamente; como trasnochamos, me dejé llevar un poco en la salida de todas formas la ruta del siguiente día era de las menor dureza del reto.

Al a salida de Mérida y me acompaño el amigo Eduardo por lo que las dificultades pasadas en Córdoba desaparecieron. Me dirigí hacia Cáceres, al tran tran llegué hasta Aldea del Cano que tenía previsto visitar un museo recomendado por mi amigo Benayas, pero tuve que llamar para anular la visita ya que un poco antes, se me despegó la otra suela de la zapatilla; lo mismo arreglo con cinta aislante y para adelante.

Saliendo de la Aldea del Cano, me encontré con unos colegas de bicicleta, de Cáceres, que habían salido a la salida regular y que me acompañaron hasta la CPH. y me aconsejaron donde podía comprarme unas zapatillas, el arreglo del desviador del cambio también me aconsejaron donde podía hacerlo aunque no pudo realizarse.

Llego a Cáceres y lo primero que hago es comprar unas zapatillas nuevas, aproveché que había un ALDI enfrente y me comí un bocata de jamón y después visité la CPH haciendo las fotos de rigor; una vez terminadas me dirigí hasta Trujillo que es donde había planificado la ruta.

Cáceres es una ciudad coqueta, encantadora donde el centro histórico es bastante homogéneo, muchas casas señoriales antiguas, bien conservadas, sin apenas monumentos espectaculares, pero en su conjunto muy señorial.

Para llegar a Trujillo lo mismo que hasta Cáceres, una carretera nacional como vía de servicio, las autovías nos han hecho un gran favor a los ciclistas, con vías de servicio así no necesitamos circular por las autovías.

Ya en el hotel, lo de siempre, ducha y fotos de recuerdo. Me sorprendió Trujillo gratamente, me habían dicho que era muy bonito y no me engañaron. No me extraña que pronto sea también Ciudad Patrimonio de la Humanidad, y cosa curiosa que me llamó la atención, me recordó mucho a Úbeda por la cantidad de hostales y restaurantes que tiene y una cosa curiosa, una pastelería con un escaparate con todos los dulces típicos de Trujillo (un montón) y otra cosa es la cantidad de tiendas de productos ibéricos y quesos que tiene.

Tercera jornada de las programadas cumplida, la siguiente me ha quitado el sueño bastantes días, se presentaba difícil, por eso decidí salir temprano y adelantar tiempo a pesar de que la idea era circular siempre de día y solo hacerlo con luces por una emergencia. A las 7:30 ya estaba en camino, enseguida me di cuenta que había sido un error ya que la carretera a pesar de ser una nacional estaba muy bacheada y en ocasiones se convertía en vía de servicio son badenes abundantes, muchos baches, piedras sueltas y nula señalización, pero bueno, es lo que tocaba.

En un tramo veo que la vía de servicio estaba cortada, sin salida, por lo que decido meterme en la autovía, paralela a la nacional y observo que no está prohibida la circulación de bicicletas, la cosa cambia y la seguridad aumenta considerablemente, el tráfico por ella es escaso, el arcén amplio y bastante limpio, a los pocos km. veo una señal que prohíbe a 200 metros la circulación de las bicicletas y que la vía alternativa era la nacional, por lo que se demuestra que podía circular perfectamente por la autovía. Subo el puerto de Miravate y rápidamente bajo hasta el río Tajo en Almaraz, central eléctrica y después al pueblo, me impresionó ver una cantidad de huertos solares, impresionante, donde vuelvo a coger la autovía y ya no la dejo hasta la salida a Talavera de la Reina, por lo que el temor que tenía de llegar muy tarde se fue desvaneciendo ya que de 252 km. con bastante desnivel había recortado en unos 25 km. y el desnivel también lo había bajado en unos 400 metros.

En Talavera de la Reina paré a comer en el centro comercial y ya por la tarde afronté el continuo sube-baja y el calor pegajoso hasta llegar a Toledo.

Toledo no puede visitarlo como yo hubiera querido ya que estaba previsto una videoconferencia sobre las 9 de la tarde, que no se realizó; no obstante he vivido en Toledo algunos meses por lo que o conozco personalmente en cuanto a monumentos y casco histórico que evidentemente habrá cambiado con el paso de los años, y tanto.

Unos 6 km. antes de llegar a Toledo vino el primer pinchazo del recorrido, lo subsané sin problemas.

Si difícil fue la salida de Córdoba, la de Toledo no solo fue difícil si no también peligrosa hasta que pasé a la altura del hospital central, mucha prisa y muchos coches para una bicicleta, arcén reducido, muchas salidas y entradas a los polígonos industriales, uf!!!!.

Por fin en carretera, en la N-400 donde vuelvo a tener una vía de servicio que es una carretera nacional, bien asfaltada sobre todo en tramo de la provincia de Toledo y también bien señalizada.

En principio el recorrido no ofrecía apenas dificultades, muy llanito. Al paso por Yepes (ciudad mundial del ciclismo, ja ja ja ja ja…) me acordé de mi amigo Benayas y de que allí donde realicé mi primer brm. 300; en Ocaña paré a comprar un poco de fruta y continué para Cuenca; En Tarancón paré a coger agua y comer algo de lo que llevaba para luego comer mejor mas adelante, craso error, porque mas adelante no había ningún sitio donde comer por lo que tuve que volver a parar para picotear de lo que llevaba, cuando mas apretaba el calor.

En pleno calor me encuentro a unos 20 km. de Cuenca con una pared que me quitó el hipo, el puerto del cabrillo, ponía la señal el 10%, a mi me pareció más pero…. y al bajar me acojonó porque ponía el 12% y al día siguiente lo tenía que subir, ¡¡¡mama mia!!!, bueno al final llegué a Cuenca, ducha y salida para hacer fotos, visitar la ciudad para recuerdo y disfrute. No tiene apenas escalones ni cuestas, uf!!…

Tengo que decir que esta ciudad, coqueta y singular me sorprendió porque no es la típica ciudad monumental sino eso, una ciudad peculiar, distinta y embrujada, no sabría decir exactamente porqué: ese rio Jucar dentro de la ciudad corriendo el agua fresquita, esas casas colgantes, una gran cantidad de gente deambulando, la plaza a rebosar de gente, en fin, una peculiaridad significativa.

La dormida fue en un hostal-albergue compartido, la experiencia no fue muy buena, no por tener que dormir con alguien que no conoces, sino porque alguno no ronca, si no que bufaba y otras cosas, pero bueno la idea era hacerlo lo mas austero posible y adquirir experiencia, aunque ya tengo sobrada de dormir en mas gente en la misma habitación.

Ya, prácticamente la mitad del recorrido lo tengo hecho, esto parece que pinta cada vez mejor y las posibilidades de conseguirlo van aumentando, la recuperación día tras día va siendo muy buena, las previsiones meteorológicas también buenas por lo que las perspectivas estupendas.

Mi gran temor era el 12% del puerto del Cabrillo que me tocaría subir si o si al día siguiente, pero resultó que cuando estaba arriba me enteré de que el puerto había terminado por lo que me surgió la duda de si el 12% era real o, es que yo estaba mas fuerte de lo que imaginaba.

Bueno pues después de subir toca bajar ¿no?, pues así fue, ¡que gozada!, mas de 20 km. de continua bajada, hasta Huete. Nada mas salir del pueblo pinché nuevamente, ya empezaba el sol a calentar, la carretera que tenía que seguir estaba con mucha piedra y tierra como consecuencia de las lluvias que había habido y no me las tenía todas conmigo. Paré en un pueblecito, Vellisca, a coger agua y comer algo y le pregunté a un lugareño (coincidió que practicaba bicicleta también) sobre el estado de las carreteras, me informó de lo que había y que el track era el idóneo para llegar donde iba, Alcalá de Henares, pero que me iba a encontrar con varios repechones de unos 2-3 km. cada uno que se me iba a quitar el hipo, efectivamente, tuve que echar pie a tierra en mas de una ocasión. Ahora, aunque no ponía ninguna indicación si tenían + 10%, lo corrobora el perfil, el calor seguía apretando.

Estaba a unos 40 km. de Alcalá de Henares cuando decidí parar a comer en un restaurante que me recomendó un lugareño en Albares, casa del abuelo, recomiendo. !Los abuelos siempre danzando hasta en los restaurantes!.

Poco a poco y en continuas subidas y bajadas de unos 2-3 km. llegué a Alcalá de Henares, allí mi amigo Julio Higueras me indicó el lugar donde iba a descansar y pasar la noche; mas tarde nos juntamos y tomamos algo en el pleno centro de Alcalá junto a su esposa, ah, y comimos una rosquilla típica del lugar manchego, también recomiendo que se prueben.

Lo de costumbre, ducha y a cazar fotografías del lugar para recuerdo. También un lugar diferente a todos, un gentío impresionante en la calle Mayor, me recordaba a Benidorm, mucho turista tanto nacional como extranjero, muy peculiar y como no la fotografía en la casa museo de Cervantes no podía faltar.

El siguiente tramo es Alcalá de Henares-Segovia, en principio uno de los mas duros en cuanto subida, el amigo Julio decidió acompañarme hasta Segovia, desayunamos antes de salir, unas buenas porras con café con leche, la verdad que me ahorró muchos errores en atravesar el este-norte de Madrid además de disfrutar de su compañía. Las perspectivas respecto a la dureza del tramo no defraudaron, fue duro, duro; paramos en Cercedilla a comer algo después de dejar el carril bici desde hasta Colmenar, super poblado de gente haciendo ciclismo, muy masificado, y después los más de 20 km. de subida con pendientes desde el 7% al 10% hasta el puerto de Navacerrada, mas de 4 veces tuve que echar pie a tierra, carretera peligrosísima por la cantidad de tráfico que hay y por el prácticamente nulo arcén.

Tantas eran las ganas de llegar a Segovia que se me olvidó hacer una fotografía en la cima, una vez en La Granja de San Idelfonso no era plan de volver a subir para ello, jajaja, había que comer.

Un poco antes de las 3 de la tarde llegamos a las inmediaciones del acueducto de Segovia, símbolo de la CPH, fotografías de rigor y luego a comer en un restaurante cercano, después hicimos un paseo hasta la plaza mayor viendo y fotografiando algunos monumentos hasta que llegó la hora de coger el tren el amigo Julio de vuelta para Madrid y yo al lugar de alojamiento para ducharme y quedar con el también amigo y compañero de profesión don Antonio Rodríguez, no nos veíamos desde el año 1.987 en Segovia precisamente cursando estudios. Recordamos viejos tiempos y nos contamos alguna pena que otra, también nos hicimos algunas fotos y tomamos aperitivos.

En Segovia también viví casi un año, por lo que casi todo me lo conocía, el Alcázar pillaba lejos de donde estábamos para ir andando por lo que decidí obviarlo del reportaje fotográfico.

El primer hueso duro de roer ya era historia, se había superado bastante mejor de lo esperado no sin sufrirlo, pero la cabeza en su sitio.

La mañana del día siguiente empezó bien, unos buenos churros con chocolate a las 07:00 horas y carretera y manta para Ávila, bastante fresco al principio y el tramillo que separan las dos ciudades, unos 65 km., se las trae, es corto pero intenso, sin grandes dificultades pero si continuos subes y bajas hasta llegar a Ávila, ciudad también muy peculiar por su amurallamiento perfectamente conservado y restaurado.

Al paso, y después de haber comido algo de fruta proseguí el camino hasta Salamanca, haciendo 2 CPH en el mismo día, como estaba previsto, también las fotos de rigor.

Este tramo de poco menos de 100 km., relativamente llanos y los hice con bastante facilidad aunque el viento hizo su aparición nuevamente dificultándome la labor un poco. Pocos pueblos en el recorrido y poco poblados, por lo que tuve que parar en una gasolinera y en la tienda comprar algo par avituallarme. Nuevamente una carretera nacional convertida en vía de servicio de la autovía.

Llegada a Salamanca y el ritual diario, ducha y reportaje fotográfico, más de dos horas haciendo fotos y no se terminaba, bueno lo mas importante lo fotografié, evidentemente los monumentos por fuera, pagar por ver las cosas se va un riñón y mucho tiempo. Cena y a la cama con la idea de salir temprano de Salamanca para que no me pasara lo que en Toledo y Córdoba.

De Salamanca, que se puede decir que no sea bueno. Monumentos por doquier y no se terminan nunca.

Nada mas salir de Salamanca ya empecé a ver peregrinos, la cantinela de “¡Buen camino!” ya no me dejó hasta después de Santiago de Compostela, te da ánimo y das ánimo y buenos deseos, de eso se trata.

Al amanecer paré en un barecillo que vi abierto a desayunar y ya continué hasta Astorga parando en Benavente para comer.

A la altura de La Bañeza me crucé con mi amigo Salvador que salió desde Astorga a mi encuentro y ya me acompañó hasta su domicilio, hice las fotos de rigor aunque no es CPH, pero si guardo buenos recuerdos de mi paso años atrás por Santocildes durante mas de 1 mes.

Salvador, no solo me acompañó esos km., si no que también me alojó en su casa e invitó a cenar, todo un señor, revisamos el track que iba a llevar el día siguiente, luego como no, me acompañó a la salida después de haber desayunado juntos en la plaza de los maragatos.

A partir de Astorga ya lo que queda es lo mas duro, en especial este tramo hasta Sarria que hay que subir el puerto de Las Eras (Cruz de Hierro) y los de Piedrafita do Cebreiro y del Poio (2 en uno), estos últimos además de que se las traen hizo aparición el calorcito que dificultó bastante la labor.

Antes de pasar por Rabanal del Camino volví a pinchar, ya el peregrinaje era voluminoso, todo el que pasaba con bicicleta (bastantes) ofrecían su ayuda, en la bajada hasta Molinaseca tuve que ponerme los guantes de invierno, al paso por Ponferrada paré a comer una tapa que me vino como anillo al dedo, luego en O Hospital paré a comer bien antes de afrontar la subida del Piedrafita, me apreté una alubias con calamares y un codillo que para mi se queda.

La subida a Piedrafita en especial fue muy dura, entre el calor, las mosquitillas revoloteando y el % de subida, para que contar. Una vez arriba, fotos y para abajo.

Sobre las 7 de la tarde llegué a Sarria, el hospedaje fue nuevamente en un albergue privado, pero en esta ocasión fue buena la experiencia ya que estábamos muy pocos y nos portamos bien.

Y llegó el último día, me separaban unos 120 km. de continuos dientes de sierra sin mucha dificultad que se superaron sin más, bastante mejor de lo que esperaba.

En Arzúa paré a reponer fuerzas ya que ya había coordinado con mi familia que nos habíamos llamado y me daba tiempo, en Santiago de Compostela nos veríamos a la entrada (Monte do Gozo) y luego ya en la plaza del Obradoiro, como así fue.

Durante el recorrido me encontré con una pareja de franceses mochileros que me hicieron una foto pedaleando y que luego me mandaron, es la que está al principio.

Ni que decir tiene que ha habido momentos duros, superados bastante bien, físicamente no me ha resultado muy duro, bastante menos de lo que esperaba y con respecto a la cabeza, PERFECTA, yo soy de la opinión de que estas pruebas se hacen con un 60% con la cabeza y un 40% con el físico; sigo manteniendo esos datos para todo el mundo así como mi lema preferido.

“EL QUE QUIERE, PUEDE”.

Desde aquí agradecer a mis amigos, compañeros y familiares el apoyo prestado no solo durante el reto, sino también antes del mismo, así como aquellos que de alguna manera me han facilitado algo durante el recorrido, sin ellos hubiera sido mas duro conseguirlo.

Pensando en el próximo reto, aunque espero que no sea por ninguna circunstancia sino premeditado voluntariamente.